
Cuando confiar se vuelve un riesgo digital
“Trust us, don’t trust” es la campaña de concienciación en ciberseguridad que lanzamos junto a Votorantim Cimentos para demostrar, sin rodeos, que los peligros digitales no son una amenaza para unos pocos, sino que están cada vez más presentes.
Cada 39 segundos hay un ciberataque en el mundo. 2.200 al día. Esta es la cifra que puso en alerta a Votorantim Cimentos a comienzos de 2024. Con operaciones en 11 países y casi 90 años de historia, la compañía entendió que la ciberseguridad debía pasar de ser una cuestión técnica para ser una prioridad organizacional. No bastaba con buenas prácticas: hacía falta crear cultura.
Así nació “Trust us, don’t trust”, una campaña interna valiente, visualmente potente y emocionalmente directa desarrollada en cinco idiomas: español, inglés, francés, portugués y turco.
El objetivo era triple: alertar, informar y provocar una reacción inmediata en las personas de la organización. Porque cuando se trata de ciberseguridad, confiarse no es la vía, ya que puede convertirse en tu gran enemigo y jugarte alguna que otra mala pasada.
Un vídeo para concienciar y generar reacciones
La pieza central de la campaña fue un vídeo de apenas un minuto, narrado por una voz sintetizada con inteligencia artificial. Una voz cercana que te saluda, conversa contigo e incluso te pregunta si “nos conocemos de antes”. Suena humana. Parece real. Pero no lo es.
Maria Jose Martín Aradilla Responsable de Comunicación, Votorantim CimentosNo queríamos una campaña decorativa, sino transformadora. Buscábamos una reacción real, un cambio de mentalidad. Y eso solo se logra a través de acciones de impacto
A través de esta experiencia, mostramos cómo un atacante puede colarse en tu dispositivo, simular conversaciones, acceder a datos sensibles y, sin que lo notes, tomar el control de tu dispositivo. La pieza combina tensión narrativa, una estética muy cuidada, música inquietante y datos muy duros sobre ciberataques. Pretendíamos que su impacto fuera inmediato.
Visuales oscuros para una amenaza invisible
Para la conceptualización, creamos un universo en torno a la metáfora visual de una puerta abierta al mundo digital, una conexión directa con un mundo lleno de ciberamenazas que acechan como virus invisibles.
Por eso, toda la campaña está construida sobre una estética intencionadamente oscura, con tonalidades profundas y contrastes intensos. Pequeños haces de luz azules y trazos sutiles blancos conforman la gráfica.
El mensaje no se esconde: esto va en serio. Desde el fondo de escritorio: “No abras la puerta a desconocidos” hasta las ilustraciones generadas con IA que representan escenarios de phishing, fraude o robo de identidad.

El día a día puede ser el campo de batalla
Uno de los mayores retos y logros fue mostrar que la amenaza está en lo cotidiano. A través de cinco piezas audiovisuales breves, simulamos escenas comunes en la jornada laboral: un email aparentemente en regla, un link a una supuesta tienda online, una descarga de un archivo que de primeras parece no ser sospechoso. Cada uno muestra cómo, con un solo clic, se puede desencadenar un ciberataque.
Estas piezas ayudaron a visibilizar cómo la ciberseguridad no es un asunto técnico, sino humano. Basta un descuido, una duda no resuelta, una falsa sensación de seguridad. Por eso insistimos: “trust us, don’t trust”.
De la alerta a la acción: un decálogo para protegerse
Pero con esta campaña no queríamos solo provocar. Queríamos dejar herramientas útiles más allá “del susto”. Por eso, cerramos la campaña con un decálogo práctico, accesible y claro, que resume los hábitos esenciales para una rutina digital más segura. Porque la ciberseguridad no es solo cosa del área de IT. Es una responsabilidad compartida.