Recopilamos buenos ejemplos de marcas de diferentes sectores que durante este inicio de año se han sumado a las principales tendencias de branding. Aunque no hay nada nuevo bajo el sol, las marcas siguen encontrando maneras distintas e ingeniosas de unirse a las tendencias en auge.
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Los consumidores están más informados que nunca y la disrupción de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, provoca que empresas y organizaciones redoblen sus esfuerzos por actualizar, reforzar y ampliar el contacto con sus públicos.
Las marcas buscan conectar con los consumidores a nivel emocional a través de la humanización de su marca.
Mostrar su lado más humano y auténtico
Para establecer una conexión emocional más fuerte con sus clientes recurren a las clásicas acciones de personificación. Mediante patrocinios o campañas, las marcas colaboran con perfiles con los que generan sinergias y comparten rasgos.
También puede suceder que, para humanizarse, las marcas se devanen las meninges en presentar su propuesta de valor en términos más emocionales y cercanos.
El nicho se generaliza
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Nitching
Divide y vencerás. O apunta bien para maximizar. Enfocarse en un nicho específico con una oferta de productos altamente especializados se mantiene como tendencia.
En vez de intentar atraer a un público amplio y diverso, las marcas se especializan en satisfacer las necesidades y deseos de un grupo más reducido.
Salirse por la tangente en un mercado saturado para fidelizar a microcomunidades y subculturas
Las marcas siguen trabajando para reducir su huella ambiental y recurrir a estrategias y prácticas sostenibles en la fabricación de productos y servicios.
Acciones que van cogiendo peso en sus relatos de marca y que se reflejan también en su posicionamiento.
De ser cajas negras a ser cajas transparentes. Las marcas están haciendo un esfuerzo por traducir sus compromisos más honestos en acciones concretas, auténticas y positivas hacia sus clientes.
Concretar su aportación a la sociedad, a través de su propósito, es un gran reto para cualquier marca actual.
Las compañías se posicionan como agentes que toman partido y acción en cuestiones que tradicionalmente han sido responsabilidad de las instituciones públicas. También es la manera de tener una propuesta de valor para la sociedad y no limitarse a vender productos o servicios. Por su parte, los consumidores buscan, cada vez más, marcas que se preocupen por algo más allá de su beneficio económico. Así que lucir propósito es el objetivo del momento en todo tipo de discursos de marca.
Las marcas siguen viendo en las colaboraciones y alianzas entre empresas y organizaciones una gran oportunidad para crecer, llegar a nuevos mercados y construir relaciones más sólidas y significativas con los clientes.
Si la marca está bien construida, las posibilidades se multiplican. O lo que es lo mismo: en esto de las colaboraciones, cualquier remake es posible si tienes unos buenos ingredientes.
Adoptar tecnología avanzada para mejorar la experiencia del cliente y diferenciarse de la competencia. Esto incluye el uso de inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, y chatbots.
Una buena apuesta de marcas que demuestran que la innovación forma parte de su esencia, está recogida en su propósito y que, en este nuevo ecosistema, o mueves ficha rápido… o te quedas atrás.
Asegurar una buena experiencia del cliente ya no es suficiente. No basta con ese amor a primera vista o con un delicado servicio de postventa.
Las marcas trabajan la personalización de esa experiencia, subir el nivel con los detalles y situar al cliente, no en el centro, sino en la posición más destacada de la estrategia.
Se consolida como una identidad expresiva más a la hora de construir marcas.
Una vez popularizados los asistentes de voz, cada vez más compañías se esfuerzan por desplegar una identidad sonora que les permita ser reconocidos y diferenciarse. Una dimensión de marca que, gracias a la llegada de la inteligencia artificial, ha alcanzado un nuevo nivel.
A finales del pasado año, la prestigiosa marca de lujo Balenciaga protagonizó una sonada polémica por la desacertada sesión de fotos en la que presentaba una de sus últimas colecciones.
Ya en 2023, Kering, conglomerado propietario de la marca, anunció la creación de un nuevo puesto en la compañía: director de protección de marca, un rol inédito con la función de velar por la integridad de la marca durante los lanzamientos publicitarios. ¿El objetivo? Evitar nuevas polémicas que puedan generar una nueva crisis de reputación para la marca y una caída en el nivel de ventas, tal y como reconoció el consejero delegado de Kering tras el desafortunado suceso de Balenciaga.
Febrero 2023
El movimiento avanza
Astara también se une al movimiento. En febrero, la multinacional puso en marcha el puesto de chief brand officer.
Abril 2023
Más grandes jugadores se unen
El caso más reciente: Disney presentaba en abril a su nuevo primer responsable de marca, que se encargará de vigilar todas las acciones de branding tanto internas como externas de la compañía, así como del posicionamiento en redes.
¿Y ahora?
Continuará…
Aunque es habitual encontrar a profesionales del sector velando, desde diferentes ámbitos de la comunicación y el marketing, por la integridad de las marcas, estos movimientos de grandes compañías sugieren la vuelta de los guardianes de la marca: profesionales encargados de supervisar y defender la propia marca de decisiones -y torpezas- internas que se alejan de su identidad, su estrategia, su propósito o su personalidad.
Un rol que cuenta con representación en el Consejo de Administración de cada vez más empresas y que refleja la voluntad de estas compañías por reforzar y preservar su marca. ¿Veremos nuevos ejemplos en los próximos meses?
El mundo necesita marcas que se impliquen: que actúen , que hablen, que se comprometan y que emocionen.