milad-fakurian-bMSA5-tLFao-unsplash

Un laboratorio lleno de nuevas ideas

El método científico va mucho más allá de probetas y tubos de ensayo. Las ideas también se pueden medir, al igual que entrenar la capacidad de ponerlas a prueba. Así lo quisimos demostrar cuando Endesa recurrió a nosotros para poner en marcha un laboratorio interno que permitiera proponer y experimentar nuevos productos y acciones de comunicación en entornos seguros y fiables.

Poner en marcha o no un proyecto puede ser una decisión compleja para una empresa. Para ayudar a Endesa a analizar la viabilidad de sus ideas, nos enfundamos nuestras batas de laboratorio comunicativo y pusimos bajo microscopio varias de sus iniciativas.

El objetivo era generar nuevas ideas, todas las que fuesen posibles, y probarlas en un entorno controlado para concluir si merecía o no la pena seguir dedicándoles tiempo. Sin duda, era un trabajo para nuestra metodología Sapiens.

 

Física, química y transformación

Así creamos Endesa Sapiens Lab, un laboratorio de producto para experimentar y valorar la viabilidad de las nuevas inciativas que quería llevar a cabo la empresa. Desde nuevas ofertas hasta canales de comunicación.

Antes de arrancar teníamos que comprender con qué estábamos trabajando. Nos reunimos con el equipo de Endesa en nuestro espacio de Escorial, en Madrid, para un taller en el que se idearon más de 10 posibles experimentos y se priorizaron para su posterior desarrollo. Era el punto de partida.

A partir de esa primera sesión pudimos elaborar y compartir un primer diagnóstico de la comunicación de la compañía, un benchmark del sector y una recopilación de todos los experimentos ideados durante el laboratorio. Todo recogido en un documento maestro y con cada iniciativa priorizada según su viabilidad.

Ya contábamos con la materia prima necesaria para emprender cualquier experimento.

Fichas_mockup2

Física, química y acción

Había llegado la hora de pasar de la teoría a la práctica. Y para ello, fue necesario trabajar sobre varias hipótesis que servirían como punto de partida para las ideas del cliente: “¿Conocen los consumidores cómo funciona el mercado eléctrico?” “¿Cuál es la oferta preferida? ¿Se fiarían si pudieran personalizarla?”.

Trabajar sobre hipótesis nos permitía, al menos de entrada, no encontrarnos con cortapisas a las posibilidades de los experimentos. Ese era el objetivo. Probar ideas, acciones o productos que en otra situación habrían llevado mucho más y requerido de más pasos previos.

Trabajar sobre prototipos sencillos en web y con paneles de usuarios permitía buscar respuesta a estas y otras cuestiones de forma mucho más ágil y segura que en un proyecto al uso —con más obstáculos, desde el arranque y su aprobación hasta el lanzamiento clientes— o en un entorno real —más arriesgado—.

Además, este tipo de experimentos servían para poner en práctica aquello que mejor sabemos hacer: Comunicación Clara, contenidos, diseño de producto digital y nuevas narrativas. Con estos ingredientes contribuíamos a dar forma y orientar las ideas de la empresa y acompañarles a la hora de dotar a sus propuestas de una mayor solidez e innovación.

galer-grande

Pienso, luego innovo

El laboratorio, sin embargo, no se limitaba únicamente a la prueba de productos. También contribuía a la transformación de las formas de trabajar de Endesa, que desde hace tiempo apuesta por la incorporación de metodologías ágiles. A través del SapiensLAB pudimos apoyar también la transformación de procesos como la ideación y prototipado de productos digitales y las consultas a clientes.

A través del trabajo colaborativo y de la simulación de proyectos en entornos controlados, conseguimos transformar y agilizar las ideas del cliente.

Ahora Endesa podía ya dar el siguiente paso: decidir si poner en marcha o no sus proyectos en un entorno real. Sus ideas por fin estaban listas para salir del laboratorio.

Cargando