Aerolito / Septiembre 2022

Red de

Babel

El ciberespacio avanza hacia compartimentos estancos por países con un mayor control de la información

Scroll

— En el mito bíblico, la humanidad era condenada a hablar idiomas distintos para que le fuera imposible construir conjuntamente una torre que llegara al cielo. En el mundo actual, gobiernos y empresas buscan controlar internet como ventana común al conocimiento

La “balcanización” de internet hace referencia a los Balcanes, región al sudeste de Europa célebre por las fricciones entre sus habitantes a causa de las diferencias identitarias y religiosas que mantienen desde hace siglos.

Esos choques han llevado a la fragmentación del territorio en varios estados. ¿Cuántos? Ni en eso hay acuerdo. Y eso mismo es lo que algunos buscan para internet: abandonar la idea de un espacio virtual común a todos para convertirlo en una entidad local y controlada. Una Red de Babel frente a la que hay también distintas interpretaciones.

Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel
Babel

¿Por qué importa?

separador diagonal

Internet creció como un espacio común en el que la información fluía de forma libre, multiplicándose. Desde el principio triunfaron los buscadores como herramienta y guía que ayudaba a cribar y jerarquizar. El problema —en términos de libertad de información, control y vigilancia— es que estos apenas muestran una pequeña parte de todo lo que existe. A ese déficit operativo se añade en los últimos tiempos la llamada “balcanización”, una progresiva fragmentación de internet a causa de factores ideológicos, comerciales o tecnológicos. 

01

¿En qué consiste?

separador diagonal

Es la práctica mediante la que una autoridad controla a qué información o servicios acceden los internautas. Eso provoca que no haya un internet global y compartido, sino tantos como las autoridades decidan. ¿El ejemplo más común? Países que bloquean determinados contenidos por mandato legal o judicial. Ante esta realidad surgen debates como el de la “neutralidad de la red”, que defiende un internet común, independientemente del lugar desde el que nos conectemos, lo cual implica vigilar también que los acuerdos comerciales de un operador no ofrezcan contenido diferencial.

02

¿Me debería preocupar?

separador diagonal

En un país como China es difícil saber lo que ocurrió en la plaza de Tiananmen en 1989, pues “su” internet ha eliminado todo rastro de las protestas. Es parte de un proyecto gubernamental iniciado en 2003 que se conoce como Escudo Dorado". En el futuro podrá decirse algo parecido de Rusia, que ha bloqueado a todos los medios que hablen de “guerra” en Ucrania y no de “operación especial”. Pero también de la UE, donde medios oficiales rusos como RT o Sputnik han sido bloqueados en internet. Es un debate complicado, pero necesario: ¿cabe todo en internet en aras de la libertad de expresión, incluso los contenidos delictivos? ¿Qué pasa si algunos países consideran delictivos contenidos que en otros no lo son?

03

¿Qué puedo hacer?

separador diagonal

Ser consciente de que lo que sale en Google no es todo lo que existe. De que internet no es igual en todos los territorios. Y utilizar ciertas herramientas para esquivar algunas de las puertas que quieren poner al campo. Al menos, las más básicas: desde las VPN (Virtual Private Network o red virtual privada) hasta los navegadores seguros que bloquean la vigilancia y el rastreo, como TOR.

04

Lo que hay que saber

Claves

— Del castigo divino a la geopolítica digital

Contexto

La balcanización de internet supone, en realidad, un nuevo frente en la batalla geopolítica mundial por la hegemonía económica, comercial, ideológica o militar. Desde hace unos años, el control de internet es un activo estratégico fundamental, como podría ser dominar un recurso energético o un enclave territorial básico. 

Se atribuye al investigador Clyde Wayne Crews la primera referencia a esta idea bajo el nombre de “splinternet” (“partir internet”), en un artículo de Forbes en 2001.

Crews defendía la visión privada anticipando posibles regulaciones de la red,  justo en un sentido contrario a lo que pretende el metaverso, que aspira a unificar expresiones y perfiles digitales. Algo de esa idea se puede observar ya en el plano comercial. Si viajas de forma frecuente te habrás dado cuenta de que no todos los servicios funcionan de la misma forma en distintos lugares. Por ejemplo, las plataformas digitales: el catálogo de Netflix es distinto si te conectas con tu cuenta en otro país, y algunos servicios como Disney+ pueden no funcionar si detectan que estás en un territorio en el que todavía no operan. 

¿Por qué no querríamos tocar el cielo?

Plantéate si podrías considerar aceptable que se filtraran ciertos contenidos. ¿De qué querrías protegerte? El ejemplo fácil es pensar en estados autoritarios donde se censura cualquier signo de disidencia, pero no son los únicos filtros que se aplican al contenido. En España se bloquean servicios de P2P como medida contra la piratería, mientras que en EE. UU. algunos de los principales operadores acordaron bloquear el acceso a contenidos de pornografía infantil. Aún así, muchas prácticas consideradas delictivas y eliminadas de la superficie digital acaban encontrando acomodo.

Dark web

En ocasiones no basta con filtrar, bloquear o eliminar información: hay rincones de la red donde florece un universo paralelo de contenido oculto para la mayoría de usuarios, en dos sentidos. Hay un “internet profundo” con todo el contenido que los buscadores no indexan. Y más allá, accesible sólo con herramientas específicas, el “internet oscuro” donde se pueden adquirir drogas o armas, pero también donde existen prácticas mucho más positivas, como comunicaciones seguras libres del control de gobiernos censores.

VPN

En algunos casos, los filtros son relativamente fáciles de esquivar: muchos usuarios utilizan redes privadas virtuales para conectarse de forma cifrada. Así, por ejemplo, no se puede saber quién se conecta o desde dónde lo hace, esquivando muchas de las barreras de la mayoría de autoridades públicas y corporativas. Pero no todas.

En noviembre de 2019 Rusia aprobó una Ley de Internet Soberana, que hace posible que el país pueda desconectarse del internet global. Este internet ruso, bautizado como RuNet, sirve para protegerse de ciberataques extranjeros, pero también otorga al Kremlin amplios poderes para restringir el acceso de la ciudadanía a la red y la información.

Soberanía

Existe un amplio debate acerca de la “soberanía tecnológica”, que implica un desarrollo de infraestructuras digitales acorde a la legislación de cada territorio, así como el hecho de que la información permanezca en el país donde se genera. Sobre el papel eso impediría a las multinacionales esquivar la legislación nacional, por ejemplo, en lo referente a la protección de datos de la ciudadanía. Pero también podría implicar que fueran los Estados los que fijaran controles adicionales.

Ciberataque
Es toda acción destinada a dañar infraestructuras tecnológicas públicas o privadas. Uno de los pretextos de las autoridades para llevar a cabo un control local de internet pasa precisamente por dotarse de herramientas para afrontar estas agresiones. Si te desconectas de la red global no te pueden atacar desde fuera.
Guerra híbrida
Desde el momento en el que una parte importante de las actividades de un territorio ocurren en internet (transacciones bancarias, comunicación de emergencia, acceso a información…), atacar su conexión es un acto de guerra. La red, o la falta de ella, es un arma, y no sólo propagandística: hay documentados ataques informáticos que dejaron sin electricidad o recursos a varias ciudades, como sucedió en Irán en 2019 o en Ucrania en 2017.
Desconexión
A pequeña escala, inhibir señales es una forma de evitar muchos ataques a distancia. A gran escala no hace falta una acción militar para aislar un territorio. Tras algunas protestas sociales, ha habido estados autoritarios que optaron por dejar sin conexión a la ciudadanía para controlarla.

El poder nunca es gratis

Hasta el año 2014, la Iniciativa OpenNet --en la que participaron instituciones académicas como Harvard, Cambridge y Oxford-- monitorizaba el filtrado digital que se hacía por naciones. Describían cuatro técnicas comunes de filtrado: bloqueo técnico, eliminación de resultados de búsqueda, retirada de contenido o inducción a la autocensura.

Hoy en día existen también estimaciones del impacto económico que supone para las economías estatales llevar a cabo desconexiones de internet, pues conllevan asimismo interrupciones de la actividad económica.

Funes el memorioso o el “derecho a olvidar”

Una cosa es el filtrado previo de contenido, es decir, impedir que llegue la información a un determinado territorio. Otra distinta, y más extendida, es eliminar cierto contenido una vez ha llegado. Y eso puede responder a causas diversas. Por ejemplo, proteger el “derecho al olvido” reconocido por algunos países para eliminar los registros que vinculan a una persona a un pasado de injurias o acoso. Pero también abre la puerta a otras prácticas: que las autoridades de un territorio soliciten a un buscador, como Google, que retire ciertos contenidos por considerarlos inadecuados o delicados para sus intereses.

¿Y después?

Internet nació en el ámbito educativo, conectando dos laboratorios universitarios, pero bajo una lógica militar. En un contexto de Guerra Fría, ¿de qué manera se podía proteger la información para que no fuera destruida en caso de un ataque a gran escala? La respuesta fue interconectar muchos nodos de información para que el conocimiento fluyera y estuviera en muchos sitios a la vez, dificultando su eliminación.

Esa era la teoría. En la práctica, y al igual que puede desconectarse, internet también podría llegar a destruirse. No existe una nube en la que los contenidos “floten”, siendo etéreos y ubicuos. La realidad es física: hay centrales de datos y cables de conexión, y eso hace que la red sea vulnerable. Habría que cortar muchas cabezas, es cierto, pero no hay un número infinito de ellas. La primera amenaza que enfrenta la red es que la limiten y parcelen. Pero la segunda es que, de alguna forma, pueda eliminarse. Como consecuencia de la Guerra Fría y la cultura distópica surgieron colectivos de personas que viven preparándose para lo peor. Algunos trabajan en escenarios tecnológicos, como qué pasaría si Internet fuera eliminado. Reticulum es el proyecto de un ingeniero llamado Mark Qvist que pretende hacer viable la construcción de una red segura de largo alcance para cualquier persona. Sólo necesitaría herramientas sencillas y unos pocos conocimientos básicos.

Sacando los colores a la censura digital

Aunque es difícil medir cuánto y cómo filtra cada país la información, una compañía especializada en seguridad digital ha esbozado una metodología. CompariTech elaboraba a principios de 2022 una guía en la que distingue entre restricciones parciales o bloqueos totales aplicados a varios tipos de contenido. En un primer nivel, menos delicado para la salud democrática de un territorio, torrents de descarga o contenidos pornográficos. En un bloque más comprometido, VPN, redes sociales o información política.

Consenso y ojo crítico

Igual que no es lo mismo filtrar que bloquear, tampoco es lo mismo aplicarlo a un tipo de contenido u otro. Hablar de libertad de información y de eliminar cortapisas para evitar la censura implica permitir que la red acoja cualquier tipo de contenido, aunque sea reprochable o delictivo. Es difícil trazar una línea que deje fuera lo nocivo sin caer en otro riesgo quizá mayor: definir qué es “nocivo” y qué no.

Un marco internacional

Es posible compatibilizar el respeto a la soberanía tecnológica de cada territorio con mecanismos que eviten recortar libertades: fijar mínimos comunes a nivel internacional que definan qué es una red libre, con los Derechos Humanos como marco.

De aplicación nacional

Del mismo modo que el derecho comunitario opera en la Unión Europea junto al derecho de cada Estado miembro, ese marco internacional debería encajar con la legislación de cada país en materias no tocantes a los Derechos Humanos. Por ejemplo, los derechos de autor.

Un nuevo final

Frente a la balcanización de internet que replica el mito bíblico de la Torre de Babel, recuperemos ese saber universal del que nos hablaba Borges en su cuento: convirtamos la red en una biblioteca de Babel, en un entorno global y comunitario donde podamos acceder a toda la información y el conocimiento sin barreras geopolíticas. 

Escríbenos si quieres saber más sobre la balcanización y el futuro de internet. También puedes hacerlo para rescatar antiguos mitos. Nos encantan las leyendas.

Hablemos

¿Quieres saber más sobre desarrollo para dummies y cómo acercarte a la programación? ¿O sobre cualquier otra cosa? Nos encantan las manualidades.

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.