Entender no debería ser un privilegio, sino un derecho. Con la Ley 6/2022, ha llegado el momento de que las organizaciones incluyan la lectura fácil en sus productos y servicios para llegar a todas las personas.
%
La lectura fácil permite que todas las personas accedan a la información, la comprendan y la aprovechen. Sus beneficios son tangibles ya que favorece la autonomía, participación y equidad de las personas con dificultades lectoras o cognitivas.
«Escribir en lectura fácil es cambiar escaleras por rampas. »
Consiste en adaptar la redacción, el diseño y la presentación de los textos para que sean comprensibles y accesibles. No se trata solo de simplificar palabras, sino de explicar términos o conceptos complejos y organizar la información de manera clara y útil para distintos públicos.
«Puede haber libros que te gusten o no, pero siempre partimos de que exigen unas capacidades de comprensión y capacidades lectoescritoras que no todo el mundo tiene. Entonces, realmente, lo que universaliza el acceso a la literatura es la adaptación a lectura fácil.»
Hoy, además de una necesidad social, la lectura fácil es también un deber legal. La Ley 6/2022, de 31 de marzo modificó el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social (Real Decreto Legislativo 1/2013) para establecer y regular la accesibilidad cognitiva y sus condiciones de aplicación. Esta norma introduce por primera vez la lectura fácil como obligatoria en sectores como las telecomunicaciones, los servicios públicos, la justicia y el empleo. Muy pronto, el Real Decreto pendiente concretará cómo deben aplicarse estas medidas.
Puedes aplicar la Comunicación Clara revisando si tus textos son claros y accesibles. Tanto en el ámbito corporativo como en el público, adapta contratos, formularios, productos o páginas web para que cualquier persona los entienda. La claridad refuerza la confianza, la reputación y el impacto social.
Comunicar en lectura fácil
Su historia comienza en los años sesenta, en Suecia y otros países europeos, cuando profesionales de la biblioteconomía y asociaciones de personas con discapacidad empezaron a cultivar métodos para hacer la lectura más accesible.
Desde entonces, ha evolucionado en Europa, con la creación de pautas por parte de Inclusion Europe; en España, con la consolidación de la Norma UNE 153101:2018; y a nivel internacional, con iniciativas alineadas con la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Varias normativas y estándares —como la Norma UNE española, las directrices de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas, y las recomendaciones de la Organización Internacional de Normalización— establecen criterios para que el texto sea legible, como el uso de frases cortas y un diseño visual que apoye la comprensión. Así, garantizamos que cada palabra llegue a quien debe llegar.
La claridad empieza con una buena preparación. Antes de escribir, pregúntate: ¿quién leerá este texto? ¿Qué necesita saber? ¿Cómo se lo cuento para que no se pierda en un laberinto de frases? La lectura fácil funciona cuando el orden es lógico y la información se presenta de manera clara y accesible.
«¿Todo el mundo entiende todo en todas las situaciones? Todos necesitamos, en algún momento, algún tipo de adaptación en la comunicación. Sea de formato, de idioma o de soporte. No se trata de que yo quiera imponer un formato, se trata de que entre uno más dentro de las opciones. Demos opciones a una comunicación diversa.»
Cuida tanto el formato como el lenguaje. Usa líneas cortas —menos de 65 caracteres—, texto alineado a la izquierda y letra legible, mejor si es mayor de 12 puntos. Evita mayúsculas innecesarias y asegúrate de que haya buen contraste entre texto y fondo. Escribe frases sencillas con sujeto, verbo y predicado. Explica las palabras complejas en un glosario o al margen, evita tecnicismos, abreviaturas y siglas, y no uses un tono infantil si la audiencia no lo es. La claridad se logra expresando bien las ideas, no simplificándolas en exceso.
«Existe la necesidad de un diseño agradable, atractivo, asumiendo que la lectura fácil tiene una presentación singular. Intentemos hacer que cuando veamos una portada, entre por los ojos. Que cuando pases las páginas digas: «Me apetece leer esto». Que se acerque más a la realidad de las personas, porque eso es lo que va a generar un mayor vínculo.»
Después de escribir:
riega por primera vez
El paso final es revisar el texto. Vuelve a leerlo, corrige errores y asegúrate de que sea claro, coherente y fácil de entender. Comprueba la comprensión con personas del público objetivo, ya que su opinión confirma si el texto cumple su propósito o necesita ajustes.
«Una cosa muy importante y que genera valía es que aparte de haber pensado en la persona y sus necesidades, tienes que comprobar que sí cumplan»
«El validador tiene que coincidir con el público objetivo al que va dirigido ese documento. El proceso para validar es un proceso guiado. Les haces preguntas, les das unas pautas para que validen y así poder validar la norma, el lenguaje y el contenido.»
«Es muy difícil estar informado con lo que pasa en este mundo digital tan rápido y tan complejo, sin ninguna información adaptada.»
Propuesta estratégica